El personal que participó fue de los sectores de enfermería, seguridad, auxiliares, mucamas, lavanderas, cocina, chóferes de ambulancia, que a partir convivir con la muerte significa metabolizar eso muy rápido por ser alguien conocido y eso de seguir para delante en la tarea pública genera pequeñas cicatrices y esa fue la demanda del personal de salud.
Leticia Bilbao comentó que la idea es comenzar a trabajar un poco la idea del trauma, las situaciones traumatizantes que todos nos enfrentamos en la vida y en los dispositivos de salud como mucha más frecuencia por tocar que a todos nos conmueve que es la idea de la muerte.
Desde ahí parte la idea de pensar en conjunto cuales serían las herramientas que contamos naturalmente o las que debemos ponernos a trabajar en algunos casos para enfrentar esas situaciones en un modo cordial y de una manera que nos permita abrirnos un poco más en cuestiones que nos cuesta hablar.
El ida y vuelta con la muerte suele cubrir de coraza a las personas y con el tiempo aparecen las cicatrices. Sobre esto Bilbao explicó: Todos salimos a la vida con algunas mascaradas que nos permiten enfrentarnos a la vida cotidiana y esas armaduras que tenemos se nos desarman y tenemos que volver a rearmarnos y la muerte genera conmoción y desborde de emociones.
Sobre esto última analizó que la muerte deja sus secuelas en lo emocional, hay casos que repercuten en lo físico y eso requiere de atención más integral, pero lo emocional uno lo deja en un lugar secundario y creo que hay que darles importancia a esas cosas porque, aunque trabajemos en un hospital y se supone que deberíamos estar preparados todo el tiempo para enfrentar todos, somos humanos y tenemos nuestras propias debilidades.