Impulsa un proyecto de hidrogeles agrícolas y pide ayuda a la Facultad de Ingeniería para llevarlo a cabo

El olavarriense Daniel Román diseñó un producto a base de algas marinas que absorbe y libera el agua para su uso en el campo, con el objetivo de evitar sequías e inundaciones. Ahora, necesita una maquina para la extracción de la materia prima, por lo que solicita el apoyo de la FIO.

Las sequías e inundaciones son dos fenómenos opuestos que han afectado en gran dimensión al campo argentino y mundial, por lo que constantemente surgen diferentes ideas y herramientas para intentar apaciguar estas dificultades.

Una de estas iniciativas es la del olavarriense Daniel Román, quien se encuentra impulsando un proyecto de hidrogeles agrícolas conformados a partir de algas marinas, que cuentan con una gran capacidad para retener la humedad del suelo. La idea comenzó varios años atrás ante su inquietud por esta situación.

"Olavarría ha tenido hechos traumáticos con respecto al agua, entonces eso me motivó un poco a ver cómo era el tema. Por un lado teníamos inundación, por otro lado teníamos sequía de un año al otro, ahora esto se está viendo mucho en la Argentina también y en el mundo, el tema de la sequía y las inundaciones", contó a EL POPULAR.

Se trata de un proyecto que ya está desarrollado en el mundo. Los hidrogeles absorben el agua y lo liberan en forma controlada. "Es un gel diminuto del tamaño de una semilla que se planta en el mismo momento que la soja y que se hincha casi unas 500 veces su tamaño, por lo que cuando llueve esta semilla toma el agua, se hincha, no deja que se vaya ni que se evapore, entonces en el tiempo la planta tiene el agua disponible para su crecimiento", describió.

"Para que tengamos una idea más o menos, es el hidrogel que usan los pañales de los bebés, que absorben el agua, queda ahí y luego se libera. Lo mismo las bolitas que están en las plantas, que les ponen agua, se hinchan y después se libera", agregó.

Daniel Román es un militar retirado, martillero público y se dedica a la organización de eventos. Por interés personal, y ante la preocupación por la actualidad del sector agrícola, decidió impulsar esta iniciativa. "El tema del campo me es caro a mi sentimiento porque vivo en la Argentina, y la Argentina vive del campo. Al ser militar tengo un sentimiento amplio, me siento identificado de esa manera. Así que creo que la unión de lo que es el campo con la industria, que algunos lo notan como algo contradictorio, para mí es totalmente complementario", expresó.

"Si nosotros logramos meterle como sociedad y como país meterle al campo e industria, económicamente no estaremos padeciendo las cuestiones que hoy estamos padeciendo, obviamente una buena administración también", aseguró.

La primera etapa constó de realizar el diseño del hidrogel destinado para la agricultura, principalmente para la soja, mientras que el desarrollo fue llevado a cabo por trabajadores del Conicet de Mar del Plata. Además, también se realizaron ensayos en el INTA de Balcarce. Todo esto con dinero de su propio bolsillo.

Sin embargo, si bien las pruebas de laboratorio fueron eficientes y el proyecto era económicamente viable -este último análisis fue realizado por una tesista de la Facultad de Ingeniería de la Unicen-, se necesitaba materia prima extranjera para poder producirlo, por lo que el precio del dólar y las restricciones en las importaciones significaron un gran problema. A raíz de esto, Daniel recurrió a un tipo de alga que se encuentra en el país para poder llevar a cabo su proyecto: "es en el punto en donde me encuentro ahora en este momento, es decir, tratando de sustituir una importación".

"Hoy el recurso de las algas se tiran en el país se pudren en el costado de la costa, es más es un problema hasta ecológico, lo que es un desecho esto sería un boom económico", indicó, y agregó que "no hay gente que quiera hacer ese tipo de cosas, pasa por ahí, por unas ganas de hacer y no quedarte parado viendo como la realidad te pasa por arriba, yo tengo tiempo y ganas".

Pedido a la FIO

Durante su investigación, emprendió un viaje por el litoral patagónico argentino para conocer de qué manera podía extraer el tipo de alga que sirve para la producción de esta materia prima. Para ello, es necesaria una maquina capacitada, por lo que ahora solicita ayuda a la Facultad de Ingeniería de Olavarría para poder construirla: "es la idónea para este tipo de cosas", dijo Daniel.

"Les pido que me abran las puertas y que me atiendan", señaló, y añadió que "lo hicieron una vez con la elaboración del proyecto, pero ahora necesito que me hagan la máquina. No estoy pidiendo que me regalen plata, estoy diciendo 'denme un ingeniero químico o industrial para diseñar una máquina para extraer el producto'".

En ese sentido, dijo que "hoy estoy en la situación de que necesito mover la Facultad para diseñar la máquina que por otro lado ya está diseñada, están los planos. Pero me está costando movilizar. Quiero ir y que me abran las puertas de buena manera".

"En un momento el proyecto lo hicieron desde la Facultad de Ingeniería, o sea que tuve apoyo, hoy se me está complicando", señaló.

"Acá en Argentina tenemos un sistema científico amplísimo para aquel que esté interesado, tenemos en todos los campos, yo lo he visto de los lados de la química, hay un ente en Bahía Blanca que se llama Plapiqui (Planta Aplicada de Química), que tiene unos científicos de primer orden; siguiendo el litoral marítimo también hay un montón de entidades como Cenpat, que también trabajan en el tema de las algas", comentó, aunque aclaró: "estoy en Olavarría, donde está la Facultad de Ingeniería, me parece que es el lugar idóneo".

En resumen, el proyecto se encuentra en la última etapa. Se realizó el diseño, se evaluó su viabildiad económica y se sustituyó la materia prima con algas marítimas, por lo que ahora resta una maquina para la extracción de las mismas y la posterior creación del hidrogel.

En cuanto a su uso, contó que se colocarían dos o tres bolitas de este tipo en una raíz con las sembradoras, por lo que "no tengo que inventar una máquina para hacer eso".

A su vez, dijo que el producto puede ser de cualquier forma, ya sea de bolita como rectangular o triangular; y no descartó que el hidogel pueda utilizarse para otras actividades industriales como, por ejemplo, conservante de fiambres.

En cuanto a proyectos similares, contó que en Tandil existe un proyecto similar a base de fécula de maíz, mientras que en Mar del Plata se realizó con "restos de la pesca, que también se hace todo un proceso y sacan un producto muy parecido, aunque no tuvo mucha repercusión".

"Lo que tiene esto es que al ser extraído de las algas es biodegradable, amigable con el medio ambiente, los otros productos no sé exactamente cómo es el compuesto, pero bueno, tiende más o menos a lo mismo", destacó.

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